Este 19 de junio es el estreno de Exterminio: La Evolución -también conocida como 28 Years Later-, la tercera película en la saga de zombies creada por Danny Boyle y Alex Garland en 2003. Este nuevo capítulo, situado 3 décadas después del brote del “Virus de la Ira”, contará la historia de un grupo de sobrevivientes que descubrirá la verdad sobre la humanidad.
Si ya tienes tus boletos listos para ir al cine esta semana, a continuación te contamos 3 claves sobre Exterminio: La Evolución que debes saber antes de verla, incluyendo su conexión con las otras películas, los verdaderos villanos y el futuro de la saga (incluyendo el regreso de personajes queridos -ejem, Jim interpretado por Cillian Murphy).
Como el título lo anuncia, la película ocurre 28 años después del brote del virus que transformó en zombies come humanos a la mayoría de la población.
Recordemos que al final de Exterminio 2 (28 Weeks Later), vemos que el virus que empezó en Inglaterra escapa y llega hasta Francia.
Sin embargo, gracias a información desde el sitio oficial de la película, ahora sabemos que la segunda oleada del virus fue controlada y después se estableció una defensa llamada “el Muro Atlántico”, con bloqueos alrededor de las costas de Francia, Bélgica y Países Bajos, el cual previene que el virus alcance más zonas.
Pero aquellas personas que no están en la zona segura y se quedaron en Inglaterra, no tienen gran comunicación con el mundo exterior y deben vivir en la zona de infección.
Aunque el mundo de las personas dentro de la zona de infección está en caos por los zombies del “Virus de la Ira”, los verdaderos enemigos -como lo hemos visto en las dos películas anteriores- son los mismos humanos.
En los avances que hemos visto sobre la nueva película, nos damos cuenta que se han formado diferentes clanes que están divididos por varios grupos de sobrevivientes y podemos esperar que haya mucha “rivalidad” y choques entre ellos.
El director Danny Boyle dijo en entrevista para Screen Rant que la película seguirá las raíces de Exterminio 1 (28 Days Later), en el aspecto que veremos lo peor de la humanidad en el nuevo filme.
Además, señala que la “ira” no solo está en los zombies, sino en los mismos humanos que son los verdaderos villanos de la película.
Pero los zombies claro que jugarán un papel importante en esta película y de hecho veremos una versión aún más evolucionada de los que conocimos en las primeras dos partes.
En Exterminio: La Evolución, veremos un nuevo tipo de zombie, el cual utiliza sus cuatro extremidades para moverse y se comportarán de manera diferente.
Jim fue el protagonista de la primera película de la saga. El icónico sobreviviente de la epidemia en Londres fue intepretado por Cillian Murphy, que en aquel entonces apenas arrancaba su carrera. Cuando comenzó a salir más información sobre la nueva película, muchos creían que Jim regresaría, pero aún no lo veremos de vuelta.
El director Danny Boyle ha dicho que Jim no estará en la nueva película, sin embargo, la franquicia de Exterminio tendrá otras dos nuevas secuelas después de La Evolución, con una programada para llegar en enero del 2026 llamada 28 Years Later: The Bone Temple, donde tendrá un pequeño rol que será más grande para la tercera peli.
Así que hasta el momento nos esperan más películas de Exterminio y sí, Cillian Murphy regresará más adelante.
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El trabajo de la astrónoma estadounidense llevó al descubrimiento de la teoría de la materia oscura. Su nombre quedará inmortalizado en un potente nuevo observatorio en Chile.
Sus creadores dicen que el Observatorio Vera Rubin “marcará el inicio de una nueva era en la astronomía y en la astrofísica”. Quizás por ello lleva ese nombre: ella hizo lo propio como científica.
Rubin (1928-2016) fue una astrónoma estadounidense cuyo trabajo pionero aportó las primeras pruebas convincentes de la existencia de la materia oscura, uno de los mayores misterios de la astrofísica actual.
Este lunes se revelan las primeras imágenes del observatorio bautizado en su honor y que dispone de la cámara digital más grande y más sensible del mundo.
Ubicado en lo más alto del Cerro Pachón, en la región de Coquimbo, en Chile, este centro de astronomía permitirá estudiar por primera vez en tiempo real explosiones de supernovas, además de agujeros negros supermasivos, estrellas variables, asteroides, cometas y más.
Todo esto gracias a su sensor con 3 mil 200 megapíxeles.
“Se necesitarían cientos de pantallas de televisión de ultra alta definición para mostrar una sola imagen tomada por esta cámara”, informa el observatorio que pertenece a la Fundación Nacional de Ciencias y al Departamento de Energía ambos de EE.UU.
Y agrega: “Con la información que proporcionará Vera Rubin, podremos comprender de mejor forma el universo, la crónica de su evolución, sumergiéndonos en los misterios de la energía y materia oscura, y tener las respuestas a preguntas que aún ni siquiera imaginamos”.
Siendo niña, Vera Rubin construyó su primer telescopio con un tubo de cartón y con unas pequeñas lentes que compró en una tienda de material científico.
Su afición por la astronomía contó con el apoyo de su padre, quien incluso la llevó a reuniones de astrónomos aficionados, según publica el perfil del Museo de Historia Natural de EE.UU.
Aunque su familia siempre fomentó su talento y pasión por la ciencia, cuando Rubin contó a su profesor de física del instituto —donde era prácticamente la única chica— que planeaba ir a la universidad, este le recomendó que evitara las carreras científicas.
Ella no le hizo caso y se convirtió en la única especialista en astronomía que se graduó de la prestigiosa universidad femenina Vassar en 1948.
Cuando buscó matricularse como estudiante graduada en Princeton, le dijeron que a las mujeres no se les permitía ingresar en el programa de astronomía de postgrado de la universidad, una política que no fue abolida hasta 1975.
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Entonces se presentó en la Universidad de Cornell, donde estudió física. Luego fue a la Universidad de Georgetown, donde obtuvo su doctorado en 1954.
En los años 70, Vera Rubin y su colega Kent Ford estudiaron más de 60 galaxias y descubrieron que las estrellas de los bordes exteriores se movían con la misma rapidez que las del centro, algo que no obedecía a las leyes de la física.
Para conciliar sus observaciones con la ley de la gravedad, los científicos propusieron que había materia que no podemos ver y la llamaron materia oscura.
Al principio muchos astrónomos se mostraron reacios a esta idea, “pero las observaciones eran tan inequívocas y la interpretación tan sencilla que pronto se dieron cuenta de que Rubin tenía razón”, explica el Museo de Historia Natural de EE.UU.
Ahora el Observatorio Vera Rubin tiene como uno de sus objetivos justamente comprender la naturaleza de la materia oscura.
“Nunca hemos sido capaces de ver directamente una de estas partículas de materia oscura, a pesar de que constituyen más del 80% de toda la materia del universo”, afirma el observatorio.
“Lo que sí podemos ver —continúa— es el efecto gravitatorio que tiene la materia oscura sobre las galaxias y su distribución en el universo”.
En este sentido, el observatorio tendrá como una de sus tareas catalogar más de 10 mil millones de galaxias para entender cuántas hay de un determinado tamaño.
“Si vemos un montón de galaxias pequeñas, eso apoyaría nuestra hipótesis actual más probable sobre las propiedades de la materia oscura”, explica el observatorio.
Durante casi toda su carrera Vera Rubin tuvo que enfrentarse a los prejuicios de los que consideraban que la vida de una madre de cuatro hijos era incompatible con la ciencia.
Pero ella siempre se mostró combativa.
Un ejemplo ocurrió cuando finalmente pudo tener acceso al Observatorio de Palomar, donde no había baño para mujeres, problema que solucionó pegando una falda de papel a la puerta del baño de hombres.
Según la biografía Vera Rubin: Una vida, publicada en 2021 por Jacqueline y Simon Mitton, su impacto “no se limitó a sus contribuciones al conocimiento científico, sino que también ayudó a transformar la práctica científica, promoviendo la carrera de mujeres investigadoras“.
Luchó por la inclusión de las mujeres en los comités y conferencias científicas, por contratar más profesoras y premiar a colegas femeninas.
Sus estudios le valieron numerosos honores, incluyendo ser la segunda astrónoma mujer elegida para la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. Pero hay quienes creen que los reconocimientos en vida no estuvieron a la altura de su carrera.
“A pesar de ser una de las astrónomas más influyentes de su época y de lo revolucionario de sus descubrimientos, Vera Rubin no fue galardonada con el Nobel ni recibió en vida el mismo reconocimiento que algunos de sus compañeros”, se afirma en su biografía.
Ahora está siendo reconocida de forma póstuma con el primer observatorio estadounidense que lleva el nombre de una mujer.
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